Confieso que en algunos momentos de mi vida, mi vida perdió su sentido… y creo que además del sentido me habría perdido a mí misma, irremediablemente, si no hubiese sido por la terapia. Por eso creo en la terapia.
Es curioso, fue sólo gracias a perder el sentido, el rumbo vital, que me di la oportunidad de encontrarme. Descubrí que condicionaba mi existencia a cumplir, ya sea resultados, proyectos, expectativas, metas… cumplir. Una carrera sin fin.
En terapia descubrí mi trampa y pude darme la opción de elegir VIVIR
Fue un terrible y casi devastador error creer que sólo podía tener proyectos si esos proyectos podían concretarse.
“Error” porque cuando los proyectos no se concretaban entraba en círculos dolorosos de autocrítica, desvalorización, juicio, impotencia, frustración… y finalmente decepción conmigo misma, con la vida. Y miedo por mi futuro.
Gracias a la terapia volví a mí misma. A la esperanza de vivir. Hoy tengo tantos proyectos, ilusiones, esperanzas e ideas que quizá una vida no me baste para realizarlo todo.
Quizá no realice ninguno. No importa, no vivo para cumplir proyectos. Vivo para vivir.
Gracias, vida.
En este audio te cuento cómo recuperar la ilusión y darle sentido a tu vida.
Haz tu ejercicio terapéutico a continuación, despliega la flechita y coge papel y boli