Dejar de imitar para poder ser
Hay una forma de perderte que no hace ruido.
No duele como una herida. No asusta como un conflicto.
Pero pesa.
Es esa sensación sutil —a veces invisible— de haber quedado muy lejos de ti,
aunque estés cumpliendo con todo, aunque nadie note nada extraño.
Es lo que pasa cuando llevas tanto tiempo adaptándote…
que ya no sabes si lo que haces, lo deseas tú o lo espera otro.
Cuando estás tan acostumbrada a cuidar el vínculo…
que te olvidas de cuidar tu voz.
Eso no te hace débil. Te hace humana.
Aprendiste a leer lo que el entorno necesita.
A cambiar tu tono, tu energía, tus palabras, para no molestar.
A silenciar partes de ti para que no se rompiera nada.
Y en algún momento, eso fue una solución.
Pero hoy, sostener ese disfraz te agota.
No por lo que haces… sino por lo que te impide ser.
En este capítulo vamos a deshacer esa falsa dicotomía entre ser tú y pertenecer.
Vamos a entender por qué te perdiste,
dónde aprendiste a imitar para sentirte segura
y cómo empezar a volver a ti… sin romper con los demás.
🌿 Aprenderás a:
🔹 Identificar cuándo estás agradando por miedo, no por elección.
🔹 Reconocer cómo tu cuerpo y tu voz se apagan para evitar el juicio.
🔹 Detectar lealtades invisibles que te alejan de tu deseo.
🔹 Volver a confiar en tu luz, sin tener que encajar en lo que no eres.
Este capítulo no es una invitación a romper con todo.
Es una guía para recuperarte dentro de tus relaciones.
Para que vuelvas a elegirte.
Y descubras que el lugar que más sostiene…
es el que te incluye entera.
“No vine a ser una copia. Vine a descubrirme, a elegir lo que me enciende, y a ofrecer mi verdad… incluso si no encaja en todos los moldes.”