Auscultar, en latín significa “escuchar con atención”. Tienes que aprender a escuchar a tu cuerpo.
Hace tiempo en una entrevista le preguntaron a Gabi que qué es la enfermedad, su respuesta, inesperada, fue “la enfermedad es lo que tu cuerpo grita cuando obligas a tu alma a callar”.
Este ejercicio, menos poético que la respuesta de Gabi, es el primer ejercicio para empezar a mejorar tu salud: haz un repaso de la cabeza a los pies de todo lo que te duele, te incomoda o te preocupa.
Escucha lo que tu cuerpo te está diciendo.
Y si realmente quieres empezar a mejorar tu salud y tu vida, te recomiendo hacer algo más: APÚNTALO, pero no de cualquier manera. A continuación, te explico cómo hacerlo de forma efectiva para que comiences a elaborar tu historia clínica y para que, por fin, escuches tu cuerpo con atención.
Mi deseo es que tu salud, tu energía, tu alegría y tu vida estén en TUS manos. No deberías conformarte con menos.
Recuerda: el ojo clínico no lo tiene que tener el médico. El médico solo puede enseñarte a observarte mejor, pero la clave es que tú te conviertas en el mejor observador de tu cuerpo.
Cómo hacer un repaso de tus síntomas
Para realizar tu primer ejercicio, sigue estos pasos. Vas a hacer un repaso de síntomas y/o molestias de arriba hacia abajo.
Antes de contestar, te pido que hagas lo siguiente:
- Cierra los ojos y busca el mejor año de tu vida a nivel de salud, peso, energía y vitalidad. Asegúrate de que ese año sea posterior a los 22 años (antes no cuenta).
- Quédate con esa imagen de ti en mente y, antes de contestar cada apartado, concéntrate en la zona correspondiente de tu cuerpo, incluidos los órganos y funciones de esa área.
Estado actual e historial clínico
Escribe, de la cabeza a los pies:
- Tu estado actual: describe cualquier síntoma, molestia o cambio que percibas en tu cuerpo en comparación con tu mejor estado de salud.
- Tu historia clínica: incluye enfermedades y operaciones que hayas tenido, junto con la edad que tenías cuando ocurrieron.
Ejemplo práctico
Por ejemplo, si el apartado es “cabeza”, cierra los ojos y concéntrate en tu cabeza: el pelo, cuero cabelludo, piel, cerebro, ojos, orejas, nariz, boca, lengua, dientes, etc. Luego, escribe las diferencias que notas con respecto a tu mejor momento de salud y anota cualquier enfermedad u operación relevante.
Ejemplo de respuesta:
“Siempre he tenido el pelo débil, pero ahora noto el cuero cabelludo más graso. La piel la tengo bien, antes solía tener más dolores de cabeza, pero ahora lo que noto es que tengo peor memoria. La vista está cansada, las orejas están bien. Tengo muchos mocos y cada vez más sensación de alergia. A los 20 años me operaron de sinusitis. La lengua la siento pastosa, los dientes están bien…”
Nota importante
RECUERDA: Para contestar y que esta recopilación de información de tu salud te sea útil, compara siempre tu situación actual con el mejor recuerdo que tienes de ti mismo en términos de salud y bienestar.
La importancia de tomar conciencia de tu estado de salud total
Es fundamental que comprendas que este ejercicio no es solo un paso más; es una herramienta clave para mejorar tu salud de manera real y profunda.
Al repasar cada área de tu cuerpo y comparar tu situación actual con el mejor recuerdo que tienes de ti mismo, empezarás a tomar conciencia de tu estado de salud total, no solo del síntoma o problema que te preocupa hoy.
Muchas veces llegamos a consulta pensando en un solo problema, pero la realidad es que el cuerpo es un sistema interconectado. Lo que crees que es el problema puede estar relacionado con otras áreas de tu salud que aún no has identificado.
Al hacer este repaso detallado, empiezas a ver el panorama completo y a descubrir cómo tu cuerpo te está hablando. Empiezas a escuchar lo que tanto tiempo lleva contándote.
Este ejercicio te ayudará a entender mejor cómo funcionan tus síntomas dentro de un contexto más amplio y, lo más importante, te dará claridad para empezar a tomar decisiones más informadas sobre tu salud. Aquí comienza el verdadero cambio, al conocer y entender tu cuerpo de manera global.
En esta imagen tienes un ejemplo de cómo hacer un repaso de tus síntomas para este ejercicio: