1️⃣ Cortisol alto o desregulado: El estrés crónico mantiene el intestino inflamado, aumenta la permeabilidad intestinal y afecta la microbiota.
2️⃣ Déficit de progesterona: Relacionado con un intestino más inflamado, ya que la progesterona tiene efectos antiinflamatorios y ayuda a la motilidad intestinal.
3️⃣ DHEA baja: Relacionada con menor capacidad de regeneración intestinal y mayor riesgo de disbiosis.
4️⃣ Estrógenos en exceso o deficiencia: Un exceso puede alterar la microbiota, y una deficiencia puede provocar menor producción de moco intestinal protector.
5️⃣ Resistencia a la insulina: Favorece estados proinflamatorios y empeora la disbiosis.
📌 Conclusión: Si las hormonas no están equilibradas, la inflamación intestinal se mantiene y la reparación es más lenta. Regularlas es clave para la recuperación digestiva.